Apolíticos

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Hace unos días recibimos un e-mail con un llamado de atención que creemos digno de compartir aquí. Esperamos genere otro interesante debate.

Hola Newman. Hoy al levantarme, por alguna razón que no descifro, recordé un video del asesinato de Gadafi. Y por otra razón que no preciso caí en la cuenta de que nadie en Misión Calle escribió nada al respecto. Gadafi era un asesino. No porque haya bombardeado a su pueblo pues de esos bombardeos no hubo señal alguna en los satélites ni rastro ni imagen que pudieran mostrar los mismos medios que promocionaron tanto la supuesta masacre. Tampoco el informe de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional apoyó la existencia de dicho atropello. Pero basta con que bajo la mal llamada guerra contra el terrorismo “las cárceles de Gadafi habrían sido importantes centros de tortura en el archipiélago de puntos negros usados por la CIA, la inteligencia europea y la seguridad de estado egipcia.”

Era definitivamente un asesino y no voy a entrar a hablar de las cosas buenas que hizo porque, aunque no estaría faltando a la verdad, no quiero parecer que hago apología de tal personaje. Pero sucede que los videos de su muerte son espeluznantes. Un hombre sin ninguna capacidad de defensa que es golpeado y golpeado y lo único que hace es pasarse la mano por su rostro donde siente la sangre y mirársela luego con perplejidad y miedo. En un momento determinado deja de verse y cuando aparece nuevamente tiene dos balazos en su cabeza.

Amigo, a los criminales nazis que asesinaron a millones de judíos en cámaras de gas y que fabricaron jabones con restos humanos les fue permitido el derecho a juicio. Pero Gadafi sabía demasiado y no se podían permitir semejante acto de simple justicia. Y digo todo esto porque de pronto caí en la cuenta de que en Misión Calle se escribe de Amy Winehouse y no se habla de Gadafi. Se escribe de una muchacha que tiró por la borda su vida debido a debilidades espirituales (para mí debido a sus causas, o sea, no la juzgo) y a la vez no se habla de un asesinato público cometido con la anuencia y la satisfacción también públicas de los más importantes líderes mundiales y seguí cayendo en la cuenta de que en Misión Calle tampoco se escribe nada que tenga que ver con la política y esto ha inspirado mi primer escrito para este fanzine. Si lo crees pertinente publícalo. Si no te parece oportuno no hay problema, lo entenderé.

 
“Ser apolítico no es una opción”
escrito por: talycual

Hoy en día el apoliticismo es corriente dominante en la juventud de muchos países. Varias escuelas del cristianismo lo incorporan, además, como enseñanza: “Dad al César lo que es del César”. Y dicha frase es tomada a veces como apoyo a la más tediosa inercia como si semejantes palabras de Jesús nos eximieran de la responsabilidad cristiana ante cualquier reclamo de justicia. Darle al césar lo que es del césar, en el contexto bíblico, se entiende como cumplir con las leyes establecidas. Pero cumplir con esas leyes no implica la imposibilidad de denunciarlas como injustas o de hacer todo lo cristianamente posible por cambiarlas y llevar una vida más humana. Tal frase no es
una frase apolítica.

Y es que el apoliticismo no existe como tal. Si un día vamos por la calle y vemos como un hombre está apaleando salvajemente a un niño y decidimos no meternos para no favorecer a nadie, ¿realmente estamos siendo imparciales? En dicha situación no meterse es colocarse del lado del hombre porque el niño no tiene ninguna oportunidad contra él. Si los 186 países que votaron en la ONU contra el bloqueo que EUA sostiene para ahogar a nuestro país hubiesen decidido abstenerse, ¿estarían siendo imparciales?, ¿no estarían volviéndose cómplices de tanto sufrimiento?  Ser “apolítico” no significa no estar en ningún bando sino apoyar al bando de los más fuertes, al bando de los que tienen el poder. Es apoyar el orden de cosas establecido pues sin denuncia y sin intento de cambio todo seguirá igual y nos volvemos cómplices de cada suceso injusto que ocurra y no obtenga nuestra respuesta. La sabiduría popular ya lo sentenció: el que calla otorga. Y lamentablemente ser apolítico es muy fácil. Es muy fácil no arriesgar nada, es muy fácil temer y dejarnos vencer por ese temor, es muy fácil escudarnos en palabras de Dios y que Él cargue con nuestras omisiones.
Pero el apoliticismo está empezando a desmoronarse. Los indignados en España, los Occupy WallStreet en EUA, los protagonistas de la Primavera Árabe, los estudiantes chilenos en lucha pacífica por una educación que deje de ser un negocio, pública y de calidad… Y es que en los tiempos de crisis se hace evidente que no hacer nada no nos va
a sacar de los problemas, se hace evidente que el “apoliticismo” es contribuir con el orden de cosas establecido y como dijera Eduardo Galeano, apoyar el orden de cosas establecido es apoyar el crimen.
Pero mucho hay que leer, que aprender, que investigar, porque si errado puede ser declararse “apolítico”, peor aún es intervenir en la política siendo un ignorante corriendo el imperdonable riesgo de seguir apoyando al bando equivocado. Es una responsabilidad como la que entraña cualquier decisión, cualquier determinación… ¿estás dispuesto a asumirla?

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Anónimo dice:

    lo mejor q he leido en este sitio.

  2. Christian dice:

    Está muy interesante el artículo. No podemos tapar el sol con un dedo. Aunque siempre recordemos que nuestro Reino no es de este mundo tenemos que estar conscientes de que vivimos en él. No se puede estar al margen de la política(o pretender que lo estamos). Yo personalmente creo que todo sistema, o incluso cada decisión política debe ser analizado y tenemos que decidir con que cosas en este nosotros coincidimos. «examinadlo TODO, retened lo BUENO»

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